El método de interpretación de la guitarra elaborado y escrito por Néstor José Viloria Hernández ha llegado para revolucionar la enseñanza y multiplicar la divulgación de la música de Venezuela aquí y en el resto del mundo, pues sistematiza pedagógicamente los patrones de estructura rítmica del cuatro, que son básicos para la interpretación de todos los géneros musicales de nuestro país.
Esta es la reflexión planteada por los tres conferencistas que participaron en la presentación del libro La guitarra en los ritmos de la música venezolana (2025), del guitarrista, investigador, docente y promotor cultural, en la 21a Feria Internacional del Libro de Venezuela.
“Este libro es estratégico si nos planteamos no solamente la perpetuidad de nuestra identidad cultural y musical venezolana, sino que esta identidad trascienda las fronteras y esté en todos los rincones del planeta”, expresó un sonriente ministro del Popular para la Cultura, Ernesto Villegas, encargado de la presentación en la Sala Filven junto al viceministro de Cultura, Ignacio Barreto.

El cuatro es el instrumento nacional por excelencia, señaló Villegas, “pero no hay demasiados cuatros en el mundo; en cambio, hay centenares de miles de guitarras (…) y este libro permite multiplicar por cada una de esas centenares de miles de guitarras la presencia de nuestra música nacional” fuera del país, a través de las plataformas digitales.
“Este libro se dará a conocer como el Método Viloria”, dijo Villegas para luego dar la palabra a Viloria Hernández, a quien definió como “amigo mío” e integrante del secretariado del equipo promocional de la Gran Misión Viva Venezuela; a la vez, felicitó al equipo promotor por apoyar su libro.
“Este libro que hoy nos viene a presentar Néstor Viloria estaba haciendo falta”, dijo el ministro, quien elogió la labor didáctica en el exterior del profesor, que vivió muchos años en Argentina. “Néstor tiene estudiantes en al menos tres continentes. Esa es una labor silente, una de las grandes tareas que se hacen sin mucha petulancia. Eso es muy meritorio”.
Entre el público asistente estaba Esteban Emilio Mosonyi, antropólogo, investigador y escritor, de quien Villegas dijo que “nació en otras tierras, pero es más venezolano que el queso telita”.
Un portal de conocimiento para desarrollar
“Este libro es una necesidad de todos los guitarristas que se forman en Venezuela”, dijo Viloria Hernández, exrector de la Universidad Nacional Experimental de la Artes (Unearte) y docente de esa institución, quien se definió como alumno de Luis Zea y colega y amigo de Aquiles Báez.
Acotó que la producción de esta obra no se debe a que los músicos de nuestro país carezcan de referentes de estudio, pues cuentan con muchos, como Alirio Díaz, “el mayor guitarrista venezolano y el de mayor trascendencia durante el siglo XX”, ejemplificó Viloria.

“Ciudad que tú recorres, ciudad que tiene libros de guitarra” y todos los guitarristas, incluidos músicos populares, tienen gran formación empírica y al más alto nivel académico, pero no existe un libro que, metodológicamente, ofrezca la sistematización del estudio de la guitarra, abundó.
Explicó que su libro tiene una característica que es “esencial” como método didáctico: “Está estructurado en los cuatro grupos rítmicos donde se pueden agrupar distintas especies musicales”, algunas de ellas con personalidad propia, como el valse, que “es la música favorita de los venezolanos desde hace 200 años”.
Refirió que cuando el valse llegó a Venezuela, en el siglo XIX, se tocaba con nuestra “guitarra madre, el cuatro venezolano”. Por ello, para aprender a tocar guitarra venezolana, “es necesario aprender a tocar cuatro, a interpretar en cuatro la música de (el gran compositor, director y maestro Antonio) Lauro”.
El Método Viloria “contiene las fórmulas de acompañamiento (lo que se toca con la mano derecha del guitarrista), que son como una ficha detallada de los patrones de estructura rítmica del cuatro venezolano, que son justamente la base de la interpretación” de todos los géneros y ritmos musicales de nuestro país.
“Este libro es un portal de conocimiento e información por desarrollar”, pues puede servir de manual para una amplia gama de músicas.
La guitarra, mundializadora de nuestra música
En su alocución, el viceministro de Cultura y actual rector de Unearte, Ignacio Barreto, hizo un recorrido histórico para ilustrar su idea de que la guitarra ha sido el instrumento que ha logrado internacionalizar la música venezolana.
Señaló que en Venezuela, la guitarra ha tenido una tradición que viene desde el siglo XIX, “pero es difícil seguirle el rastro porque resulta que aquí, durante mucho tiempo, hasta inicios del siglo XX, al cuatro se le decía guitarra, guitarrita, guitarra pequeña”.
Explicó que fue a partir de 1933, gracias a una cátedra instalada por el maestro Raúl Borges “que dio extraordinarios guitarristas y hubo compositores que se dedicaron a escribir para esos extraordinarios guitarristas”, que se produjo un repertorio de conciertos para la guitarra a la manera venezolana.
El maestro Alírio Díaz fue un gran promotor de nuestra música popular en el exterior, explicó, pues “nunca tuvo prejuicios para colocar en sus conciertos obras de compositores populares venezolanos como Antonio Carrera, compositores de Valencia, de Trujillo, al lado de figuras como Johan Sebastian Bach, Fernando Sor, etc.”

Gracias a eso, por ejemplo, los valses del afamado compositor venezolano Antonio Lauro “son obligatorios en todos los conservatorios del mundo”. Este comentario fue acompañado después de un video en que el músico británico Sting intentaba interpretar, sin mucho éxito, el valse “Natalia”, del compositor y guitarrista nacido en el estado Bolívar, al sur de Venezuela.
Barreto dijo que la guitarra popular venezolana, que interpreta la música de tradición oral, que no es estilizada y se enseña por repetición de padres a hijos, aunque tiene grandes exponentes de trayectoria internacional, masivamente “no tuvo la suerte de tener un método, una sistematización”, que permitiera expandir su repertorio hacia otras regiones del mundo.
Además, la música venezolana es sumamente difícil. A los músicos “les resulta difícil acompañar un merengue caraqueño, un joropo en su diversidad”.
“Hay que dar la bienvenida a este método”, que además de sistematizar algo tan difícil y de ofrecer referencias contextuales e históricas, tiene “una gran virtud”, pues cumplirá una función muy importante de promoción orientada a la internacionalización que no se había hecho hasta ahora. “Todo lo que ha existido antes son cancioneros”, puntualizó Barreto.

FILVEN/MCV/REP