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ENTRE CULTURAS

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Rasgos de la tradición (IV)

Se le atribuye a Juan Vicente Torrealba el haber creado, en la década del 50 del siglo XX, el conjunto criollo, consistente en arpa, cuatro, maracas y bajo eléctrico. Anteriormente el arpa llanera tocaba los distintos golpes que existen (entre los que se encuentran el pajarillo, la quirpa, el carnaval, el gabán, el zumba que zumba, la periquera, los merecures y la chipola) sin acompañamiento de cuatro y el cantante, así como en el joropo central, era el mismo maraquero. Según comentan muchos arpistas, el cuatro les estorbaba para poder hacer sus fantasías e improvisaciones con el instrumento. Otra cosa era cuando se interpretaban pasajes, considerados como una suerte de intermedios en las parrandas llaneras, aprovechado por los arpistas, copleros y bailadores para descansar. El pasaje, una especie de vals rápido con un texto lírico ya compuesto, generalmente, se acompañaba con bandola, cuatro y maracas.
Dicen que el bajo eléctrico se agrega por exigencia de los estudios de grabación y es así como se consigue ese sonido grueso que, al hacérsenos familiar a través de los discos, acabó incorporado a la lógica de las presentaciones en vivo. De esta manera se incorpora este instrumento propio de géneros foráneos, como el rock, en agrupaciones de interpretación de músicas inspiradas en nuestras raíces tradicionales. La guitarra, el contrabajo y la marímbola fueron remplazados por el bajo eléctrico y, en el caso de la música llanera, por un tiempo, se sintió un empobrecimiento en el uso de los bordones, o cuerdas graves del arpa, en su corriente más comercial, heredera del estilo torrealbero.
El bajo pudo haber sido el causante del exterminio del bordoneo, pero por suerte, el orgullo de los arpistas más auténticos no permitió que esto ocurriera. Dígalo ahí don Pedro Castro.

Ignacio Barreto
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07/04/2024

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