El teatro, en el marco de presentaciones literarias, culturales y artísticas, tuvo un lugar privilegiado en la 19.ª Filven Zulia, celebrada del 13 al 16 de junio.
Entre las piezas presentadas se hallaron En busca de la felicidad, que toma prestado personajes de los cuentos infantiles venezolanos, principalmente de Aquiles Nazoa, para su desarrollo, y La confesión, una adaptación de Richard Nava del libro Mene, de Ramón Díaz Sánchez, una novela audaz y de particular interés dentro de la construcción de la narrativa del petróleo en Venezuela.
También se presentaron Como era en un principio, Los loritos aplicados y Reflexión de las muñecas de trapo.
En busca de la felicidad
En el pabellón infantil se presentó “En busca de la felicidad”, a cargo de la agrupación asociación civil El Teatro Soy Yo, con textos y dirección de Yudith Padrón.
En la obra, ambientada en una biblioteca, se confrontan la tecnología con los libros impresos. La historia inicia con la llegada del cuento El árbol de la sabiduría. “Lo hace con la tristeza y el miedo de no ser leído, porque sabe que los niños están hoy abocados al uso de la tecnología y se han distanciado de la lectura”, cuenta Padrón.
Ahí se encuentra a la Cucarachita Martínez, la Ratoncita Presumida, Don Perro y otros personajes icónicos de la narrativa venezolana, quienes lo ayudan a entender que, a través de su imaginación, sueños, valor y confianza, él puede ser adquirido y leído por los niños y niñas.
La obra es una metáfora del valor de la tecnología, pero también de la lectura como elemento expansivo de la creatividad, la conciencia y el pensamiento crítico.
Como era en un principio
Posteriormente fueron presentadas en la sala de expositores las piezas Como era en un principio y La confesión; ambas producciones a cargo de “Tejiendo sueños” y dirigidas por Jhonatan Camacaro. Las obras giran en torno a la llegada de las empresas transnacionales a la Costa Oriental del Lago de Maracaibo para la explotación petrolera.
En la primera, el actor Luis Martínez, con textos de Jhonny Salcedo, narra la historia de cómo su localidad pasa de ser un pueblo tranquilo, dedicado a la pesca y donde pueden las personas bañarse en las riveras del lago, a una tragedia en la que mueren muchos de sus habitantes (trabajadores) tras una explosión en las plataformas petroleras.
Confesiones
En confesiones, la actriz Ziury Laguna realizó un paseo por distintas emociones para contar al público la historia de Ramona Parra, quien a los 15 años de edad es vendida junto a su hermana menor, con el consentimiento de su madre, al jefe civil de la localidad (Cabimas).
Tras muchos maltratos y violencia decide irse y ofrecerse como dama de compañía a los norteamericanos que llegaron con la explotación petrolera.
Una historia, basada en la novela Mene, que también termina en tragedia, pero en este caso más personal, más intimista.
Los loritos y las muñecas de trapo
La jornada teatral continuó con dos obras más en el pabellón infantil: Los loritos aplicados y Reflexión de las muñecas de trapo. La primera es dirigida por Blanca Basabe, quien hace una versión de los textos de Óscar Guaramato, en la que seis loros enseñan a leer a doña Lechuza. Tiene la particularidad de que las interpretaciones de todos los personajes es hecha por niños.
En Reflexiones de una muñeca de trapo, Gladys Vento, escritora y directora de la obra, hace homenaje a tres grandes de la escritura venezolana: César Rengifo, Aquiles Nazoa y Armando Reverón.
En esta se hace una lectura de la muñeca Barbie versus las muñecas de trapo.