Con la gran sonrisa que caracteriza al gran percusionista venezolano “Pibo” Márquez, se desarrolló la antesala al gran estreno de su concierto en la séptima temporada de Sesiones Cendis, a través del Canal Cultura Venezuela.
En esta maravillosa conversa, el maestro Joel “Pibo” Márquez señaló que nació en el seno de una familia de músicos oriundos de Barlovento, raíces que le impulsaron en el desarrollo de gran parte de su talento.
La clave de su éxito fuera y dentro de nuestras fronteras, se debió a la fusión de los géneros afrolatino-jazz. “Al principio nadie me creía y mucho menos le gustaba ese ritmo”, manifestó. Sin embargo, su constancia le permitió compartir y participar en producciones con grandes artistas nacionales e internacionales, siempre llevando el corazón tricolor en sus composiciones.
Artistas invitados: Pibo Márquez y su orquesta
Músicos: Darwin Lathan – Bajo Diego Lujano – Piano Jesus Puente – Trombon Hayram Luismiguel Domínguez – Trombon Naifer hernandez – Bongo Joel (Pibo) Márquez – Congas Mayra Sousa – Voz Greeys peña – Voz Yorjan cardona – Voz
Repertorio:
«Tambor culo e’ puya lejio y tonada la perra» Arreglo: Pibo Márquez y su Orquesta Género: Folklore
«Rajuñao» Arreglo: Pibo Márquez y su Orquesta Género: Folklore
«Muchacho barrigon» Compositor: Ray Pérez Arreglo: Tupac Amaruc Romero Género: Salsa
«Estamo en salsa» Compositor: Wayne Gorbea Arreglo: Pibo Márquez y su Orquesta Género: Salsa
«Margie» Compositor: Ray Barretto Arreglo: Pibo Márquez y su Orquesta Género: Salsa
Ministerio del Poder Popular para la Cultura
Ministro: Ernesto Villegas Poljak
Viceministro para la cultura audiovisual: Sergio Arria
Producción Ejecutiva: Fundación Centro Nacional del Disco (CENDIS)
Presidente: Sergio Arria
Dirección Ejecutiva: Morris López
Producción artística: Lisdhe Ramos Alí Morales
Concepto: Alí Alejandro Primera
Grabación, edición y mezcla de audio: Manuel Herrera y Leonardo Castillo
Mastering de audio: Leonardo Castillo
Edición de video: Oscar Gamero
Fotografía: Flor Jazmín Perozo
Locución: Andrea Mier y Terán
Logística: Franck Bello
Apoyo logístico: Nelson González María Hernández Orlando Landaeta
Electricista: Alejandro Mier y Terán
Suministro de Servicio y Alimentos: PANIFICADORA JosJosef II C.A.
Agradecimientos:
Instituto de Artes Escénicas y Musicales (IAEM)
Canal Cultura Venezuela
Alba Ciudad 96.3 FM
A todas y todos los artistas que han participado en esta iniciativa de llevar música a nuestros pueblos
Pibo Márquez y su orquesta
Una producción del Ministerio del Poder Popular para la Cultura de la República Bolivariana de Venezuela a través del Centro Nacional del Disco. Caracas – Venezuela, Diciembre 2022.
Desde la una de la tarde de este domingo 6 de agosto de 2023, la Casona Cultural Aquiles Nazoa estuvo recibiendo un mar de pueblo, que fue llenando sus espacios para participar en el homenaje que estaba por rendirse a uno de los cantores más queridos de Venezuela, Iván Pérez Rossi. El evento: “Iván De Amor”, una actividad producida por el Ministerio del Poder Popular para la Cultura, a través de la Misión Cultura, para conmemorar los 80 años de vida del sempiterno cantor de Serenata Guayanesa.
Luego de una travesía audiovisual, en la que distintos personajes del quehacer político y cultural felicitaron al cumpleañero, inició el evento bajo un clima caluroso, pero sin chubascos. Justo a las cuatro de la tarde los aplausos marcaron la atención de las casi 700 almas que se encontraban en el recinto.
El maestro Chuchito Sanoja fue el encargado de darle apertura a la actividad y la viceministra de Artes de la Imagen y el Espacio, Mary Pemjean, la bienvenida. “La Casona está repleta, nos alegra mucho verla así. Le damos la bienvenida a todo el público asistente a este homenaje”, fueron parte de las palabras de Pemjean.
Entre los asistentes se encontraban el fotógrafo Francisco Solórzano (Frasso), el maestro Cheo Hurtado (quien durante el concierto interpretó un par de piezas para el homenajeado y le refirió las palabras gracias por existir), el profesor William Castillo (quien agradeció por las generaciones que crecieron con las canciones de S.G. y lo consideró parte de un llamado a la unión), el maestro Luís Britto García (quien expresó palabras de afecto y admiración a Rossi), la profesora de las Voces Risueñas de Carayaca, Loreley Pérez; el comunicador social Alberto Aranguibel; el viceministro de Diversidad Cultural, Ignacio Barreto; el cineasta Carlos Azpúrua, entre tantos amigos y amigas.
La primera canción “¿Dónde está San Nicolás?”, fue interpretada por Amaranta Pérez, seguida de “A La Una La Luna”. Ambos temas despertaron la emotividad de un homenaje que ya desde el inicio se perfilaba inolvidable. En este momento, el viceministro de Diversidad Cultural y actual rector de Unearte, Ignacio Barreto, recordó que estas son canciones infantiles forman al niño con poesía y reflexiones; propuso que todo artista debería hacer de su obra un espacio para los niños.
Luego, Ana Cecilia Loyo tomó el testigo y cantó “A mi me Contaron” y “Arrullo para un Negrito”, temas que dieron paso a Daisy Gutiérrez, quien interpretó “La Guacharaca” (joropo de Guayacán) y “Precioso Querube”.
Luisana Pérez dejó su espacio en los coros para entonar “Montoya” y “Catalina Yánez”. Acto seguido, el maestro Vidal Colmenares tocó una “Serenata para Serenata” y “Pajarillo” Cimarrón, en la que aparecieron los bailarines Juan Montoya y Estefany Rivas que, con su joropo zapatiao, hicieron delirar a los presentes.
La siempre querida Cecilia Todd no podía faltar a esta cita y cantó “Ricardo” y “El Norte es una Quimera” con su singular entonación. Francisco Pacheco (Un Solo Pueblo) al llegar al escenario invitó al cumpleañero Iván Pérez Rossi a cantar con él “Viajera del Río”. Luego, en solitario, interpretó “Francisco ‘e Paula Chirimoya”. La Gaita “Iván de Amor” fue estrenada en el evento para cerrar la participación de las y los amigos de Pérez Rossi.
La culminación del evento fue marcada por la ejecución de temas muy queridos por el pueblo, que fueron cantados por Serenata Guayanesa. César Pérez Rossi, Mauricio Castro, Miguel Ángel Bosch, Sabín Aranaga y el cumpleañero Iván Pérez Rossi cerraron tan hermosa velada con los temas “Sapo”, “El Papagayo” y “Calipso del Callao”, entre otras piezas que ya son parte del acervo cultural de nuestro país.
El 24 de diciembre de 1981, Hugo Chávez le regaló a su hermano Adán un libro cuya dedicatoria comenzaba diciendo: “Adán, llevamos a la espalda un morral invisible. Dentro de ese morral llevamos nuestro país portátil, lo bueno de nuestro morral es que no tiene dimensiones (…) en él están nuestros sueños y nuestras ilusiones. Llevamos también la esperanza de nuestra gente”. El morral es legado y símil, inspirado en el título de un libro que en sus páginas retrata aquel país padecido, con anhelos de cambio revolucionario, en la llamada década violenta.
El libro se llama País portátil (1968), del escritor venezolano Adriano González León, una historia que se nutre del pasado nacional y que en consecuencia insufla aliento al presente en constante construcción, en movimiento perpetuo. Aunque es ficción, narra la contemporaneidad, la cercanía de esos tiempos que dieron paso a los cambios que irrumpieron en la Venezuela finisecular del siglo XX y dieron apertura al ciclo histórico que hoy vivimos.
Su protagonista es Andrés Barazarte, estudiante universitario, cuya misión en una operación clandestina de guerrilla urbana es llevar a un punto de encuentro, en un maletín, el explosivo que desencadenará una acción colectiva de impacto contra el gobierno. Tendrá como último recurso ―luego de no poder encender el carro, ni hallar un taxi― tomar un autobús y “con el corazón subido hasta la lengua” recorrer la ciudad de “avenidas inmensas que cortan y reparten los barrios”. En su trayecto dentro de esa Babilonia caótica, producto del “desarrollismo”, con cuestionamientos y recuerdos de su infancia, la narración se adentra en la historia de su familia, en la que engarza la suya dentro del proyecto revolucionario; mientras, las anécdotas, diálogos, pensamientos e imágenes de la realidad mosaico de esa Caracas retratan a su vez la historia reciente del país para dejar en el lector el aliento suficiente para la toma de conciencia política.
En un discurso intimista, la narración emplea la asociación libre de pensamientos para hacer saltos en el tiempo con monólogos que llevan al lector al pasado de Andrés, de la familia Barazarte, de sus compañeros de lucha, con los conflictos individuales de cada personaje que van macerándose para el desenlace final. Se yuxtaponen discursos que cubren un siglo de historia nacional y se pone en relieve el peso de la acción revolucionaria desde la realidad política, la conciencia de clase, la precarización social en medio del mensaje consumista y la redención familiar.
La historia de los Barazarte cubre unos 100 años, desde los tiempos de la Guerra Federal hasta la década de 1960, en plena insurgencia de la izquierda. Aparece Epifanio Barazarte, doctor, general y caudillo, que se abrió paso a sangre y fuego “con su anillo que hace temblar las maderas”, heredero de la tierra trujillana con “nuestras sombras y nuestros escupitajos desde 1646, cuando comenzó todo”; padre de León Perfecto y Víctor Rafael, hechos en ese barro de la guerra entre liberales y godos; padre también de Salvador y José Eladio, el botarate, sobre quienes recae el despojo de las tierras familiares por parte de quienes en su contra usaron la casa de Dios como garita; abuelo de Nicolasito, empleado entre vejaciones por una firma de comercio en la era petrolera y bisabuelo de Andrés, quien se enfrenta al sistema y también a sí mismo “Se va. Se va solo. Con el maletín, las indicaciones, el miedo y el sudor”.
Al tiempo, “Las mujeres de la casa tenían la peor parte y en su recuerdo había como una permanente enfermedad”. Era la opresión y el desengaño del machismo que padecieron las Barazarte. La bisabuela Adelaida Saavedra enfermó de tanta infidelidad de Epifanio, el “toro padrote”; un esquinazo de Quintero frustró hasta la enajenación el dibujo de ilusiones y matrimonio de la tía Ernestina quien soñaba con irse “a las Europas”; la tía Hortensia dura e implacable, para quien “no hubo sol, ni luna, ni nunca tuvo quince años”; la tía Georgiana quien renunció al cosmopolitismo por la abnegación familiar; la prima Angélica que se casó con un Dios de la guerra; la madre que Andrés nunca conoció porque murió en el parto.
En contraste, está Delia, enmandarinada de amor, sacrificio y muerte de resplandores, gatillo en su conciencia revolucionaria. Delia, claridad, compromiso, acción, “con su mano descuidadamente en mi hombro como si quisiera comunicar ánimo y conmiseración para mi primera tarea”. Delia es quien impulsa el cambio definitivo en Andrés, quien la recuerda en el tránsito en que “los mil neumáticos hinchados vuelven a triturar papeles, colillas, a levantar el polvo que invade la avenida”.
Otro código, trascendente, es ese que comunica la ciudad, el que impone el entorno que asedia la psique del personaje. La publicidad, comercios, tensiones del sistema que ocultan las carencias sociales “y el palpando su maletín otra vez, con temor de que se escape, con temor de que vuele porque a veces lo siente como un animal de piel y pezuñas, animal que vuela, volando, según el plan ‘simpático’ que ahora estrena PanAm en lo alto del edificio donde se ofrece confort y seguridad”. La ironía con que el autor muestra la falsa felicidad del progreso, en una capital donde “los árboles obstaculizan el progreso material de la ciudad” y la gentes van “libres, presas, en sus cajas rodantes”, con una mirada cenital y yanqui que observa “los mejores ranchos: variedad, novedosa incorporación de materiales, latones que suenan brillantemente cuando cae la lluvia (…) Very good! It’s wonderfull!”.
Asimismo, el discurso de la baja autoestima social que dice “este país de vivos”, “este país no lo compone nadie”, donde “ Se vive pero se goza, mi hermanazo” y la mirada burguesa de que “aquí no hay necesidades, vale, el que quiere encontrar la moneda la encuentra” o “no tienen qué comer pero tienen televisor” y que habla también del “mejor país del mundo, todo está en regla, perfecto”, mientras a Caracas llegan provincianos orientales, maracuchos, llaneros, andinos, gente “dispuesta a parar su dinerito de la noche a la mañana en los trabajos rápidos que se lleva el viento” junto a otros provincianos del mundo, que habrán escuchado el rumor que también oyó Papá Salvador sobre ese “chorro” que hacía ganar dinero a montones, pero al que no dio crédito porque “eso del petróleo era otra mentira de los godos”.
“¿Por qué él, sin voluntad ni pericia? Andrés Barazarte, hijo de Nicolasito, nieto de Papá Salvador, biznieto de Epifanio”, es el cuestionamiento de quien lleva el maletín con la bomba y comprendía ya que la lucha no eran esquemas en las mesas de café, ni debates sobre el arte para las masas, porque ahora se trataba de disparar, de bombas molotov, de primeros auxilios, de amigos muertos, de elegir entre el frente universitario y la montaña, pero “Desde las elecciones la gente se ha ido rajando” y es que “las propias contradicciones de la burguesía importadora los hace jugar una partida doble de nacionalismo y entrega” y la vanguardia es “heredera de las luchas independentistas y las arriesgadas tropas conducidas por Zamora”.
Andrés es un antihéroe que se restea con la causa revolucionaria desde el amor y la redención familiar. “Aprendé, aprendé a hacer hombre”, dice la voz de Papá Salvador cuando termina de llegar al apartamento donde están los pertrechos de guerra urbana y una nota que dejan sus camaradas le indica que es muy tarde, y llegan los de la Digepol, y piensa en los golpes que recibirá “me desnudarán, me esposaran y me darán culatazos”, y piensa en Delia, pero mira también la metralleta colgando sobre la silla.
País portátil, fue llevada al cine en 1978 por Iván Feo, en una adaptación tan reveladora como la novela, intitulada con la extrapolación de una referencia hecha a la ciudad andina de Trujillo, por parte de José de Oviedo y Baños en su Historia de la conquista y población de la Provincia de Venezuela, cuando señalaba aquella “ciudad portátil” cuyos pobladores no le hallaban lugar, elemento que toma Adriano González León (1931-2008), natural de la ciudad de Valera, para desde la memoria local ofrecer una lectura de la realidad nacional, mérito laureado con el Premio biblioteca breve Seix Barral en 1968.
Aquel ejemplar de País Portátil que regaló Hugo a Adán, como el maletín de Andrés Barazarte, llevaba en sí mismo el símbolo de un legado que hoy trasciende el párrafo que cierra una inmortal dedicatoria: “Al final ―si es que hay final― el morral preñado parirá, de seguro, un país mejor. Como para sembrarlo. Que eche raíces. Que deje de ser portátil”.
10 años después de aquella navidad se estaban concretando los planes de la rebelión militar del 4 de febrero de 1992; y 20 años después “ya había cosas bien importantes, muchas más, en esos morrales, que son los morrales del pueblo”, recordaba Adán Chávez el 15 de marzo de 2013, día del traslado de los restos mortales del líder socialista al Cuartel de la Montaña, luego de su fallecimiento el 5 de marzo. “Y si alguno de los dos”, recordaba en su emotiva despedida, “en algún momento, por alguna circunstancia, caía a la orilla del camino, es deber del otro tomar el morral y echárselo a cuestas y seguir andando. Lo tomé Hugo. ¡Aquí voy con tu morral, nojoda! ¡Viva Chávez carajo!”.
Comparto con ustedes la dedicatoria manuscrita del comandante Hugo Chávez a su hermano Adán, estampada en un ejemplar del libro País portátil, de Adriano González León. Cualquier momento es bueno para leer ese libro y estas líneas trazadas por Chávez el 24 de diciembre de 1981.… pic.twitter.com/d57MqTFDra
— Ernesto Villegas Poljak (@VillegasPoljak) August 5, 2023
Un poeta preocupado por la naturaleza, ese es Teuco Castilla. Convocado por el Festival Mundial de Poesía, estuvo en Caracas y Trujillo con sus poemas, pero logramos que en su agitada agenda conversara con Raúl Cazal en Las formas del libro
Las formas del libro | Episodio 33 Dirección y conducción: Raúl Cazal Producción y edición: Susana Segovia Gana Fotografía y sonido: Juan Castillo Cámaras: Karel Mikhail García y Eduardo Rodríguez Música: Pedro Marín Fotofija: Gabriela Materano Redes sociales: Sharon Lara Agradecimientos: Hotel Eurobuilding
El gran salón rojo, de la Casa de Bello, sirvió de escenario para la celebrar la gran final del concurso Tu voz Inces del Distrito Capital en su tercera temporada, donde el Centro Nacional del Disco (Cendis), dijo presente, apoyando a los talentos concursantes.
El evento dio apertura con la impecable actuación de la academia de danza Vegas Dance, donde resaltó la música tradicional venezolana, la interpretación dancística brindó a los espectadores un excelente espectáculo. De igual manera, el jurado del concurso estuvo a cargo de grandes conocedores de la música como; el maestro Carlos Pérez (músico, compositor), Nahomy Rivero (Corazón Salsero), Eukaris (Salsera Venezolana), Américo (Cantante y Productor), y Morris López (Director Ejecutivo del Cendis).
La competencia no se hizo esperar, con la participación de 12 talentos emergentes, de diferentes edades, géneros y con la responsabilidad absoluta de presentar un gran espectáculo vocal, con temas musicales embargados de sentimiento nacional.
Así mismo, Francia Marrufo, en compañía del equipo de la coordinación de cultura del Inces (sede Caracas), señaló: “el objetivo de estas actividades culturales del Inces a nivel nacional, es rescatar nuestro arraigo nacional, la integración e inclusión de la población de alumnos, facilitadores, maestros y comunidad Inces, brindando un abanico de posibles oficios, donde se integren al sistema de nuestra sociedad, que garanticen su manutención y el sentir por lo nuestro”.
Con aplausos y un fuerte respaldo de talento salió ganador el participante Irviscar, del genero salsero, quien puso a corear y bailar a los asistentes, vale destacar, que este jóven de la ciudad de Caracas, forma parte del programa de educación del Inces, al igual que el resto de los participantes. Las edades presentes en el concurso, oscilaron entre 16 y 70 años, lo que da a demostrar que para alcanzar metas y cristalizar los sueños, solo se necesita voluntad. De esta forma se contará con el respaldo de instituciones cuyo objetivo principal es impulsar a esta nueva generación de ciudadanos y ciudadanas.
Viceministro para la Cultura Audiovisual: Sergio Arria
Producción Ejecutiva: Fundación Centro Nacional del Disco (Cendis)
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Santiago Key
Una producción del Ministerio del Poder Popular para la Cultura de la República Bolivariana de Venezuela a través del Centro Nacional del Disco y el Canal Cultura Venezuela.
Este viernes 28 de julio se presentó y bautizó el libro El chavismo como identidad política, de Jesse Chacón y Wilfer Bonilla, en la Casona Cultural Aquiles Nazoa, como parte de la celebración 69° aniversario del nacimiento del comandante de la Revolución Bolivariana, Hugo Chávez.
El evento contó con la presencia del ministro del Poder Popular para la Cultura, Ernesto Villegas; el embajador de Venezuela en Austria y coautor de la obra, Jesse Chacón y otras personalidades del ámbito cultural.
El ministro Ernesto Villegas, expresó su agradecimiento a los embajadores internacionales presentes por visitar la Casona Cultural Aquiles Nazoa y participar en ese sentido homenaje.
«Gracias a todos los embajadores por estar aquí, en un espacio donde el comandante Hugo Chávez compartió en familia y realizó diversas actividades en el ámbito político», indicó.
El ministro resaltó que el libro El chavismo como identidad política es resultado de esfuerzo intelectual del movimiento político llamado chavismo. «Le agradezco a Jesse Chacón y a Wilfer Bonilla por realizar este esfuerzo intelectual, de este movimiento político llamado ‘chavismo’. Contra todo pronóstico el comandante formó este movimiento y se enfrentó a cualquier batalla, quizá sin estar consciente del concepto de la segmentación», afirmó.
El ministro afirmó que «Todos somos Chávez» al destacar la trascendencia del chavismo como movimiento, político, económico, social y cultural que permeó en distintos sectores de la población. «Tú también eres Chávez, hombre, soldado, mujer y campesino. Llevamos a un Chávez individuo a un Chávez colectivo. He allí las claves de por qué, contra todos los pronósticos hegemónicos, que se sigue consolidando este movimiento», resaltó.
El coautor del libro, Wilfer Bonilla, señaló vía videoconferencia, que su llegada a Venezuela fue en el año 2000. «Mucha gente me pregunta si soy colombiano, mi respuesta es que ya me curé de eso porque ahora soy chavista«.
Bonilla expresó que este libro es un aporte al contexto latinoamericano, porque el comandante Hugo Chávez, junto a sus hijos, fundamentó el chavismo en América Latina. «El chavismo no es una expresión política. El chavismo, como decía Chávez, es el frenesí. Es una carga emocional. Este libro es un aporte a la juventud venezolana«, concluyó.
Por su parte, Jesse Chacón, también coautor de este texto, señaló que la portada del libro resume lo que era Hugo Chávez y lo que representa el chavismo: la humanidad. «Hoy se cumplen 69 años del nacimiento de un gigante llamando Hugo Rafael Chávez Frías. No hay mejor momento que éste para bautizar y presentar este libro», destacó.
Chacón expresó que Chávez, además de ser un hombre exigente, era un hombre de detalles y auguró un provechoso porvenir para la obra presentada. «Esperemos que este libro sea objeto de debate político para el futuro», comentó.
La actividad fue amenizada con la presentación del conjunto de música llanera «Aquí canta Venezuela».
El libro «El chavismo como identidad política» de Jesse Chacón y Wilfer Bonilla, publicado por Monte Ávila Editores Latinoamericana, presenta términos de filosofía política y busca definir conceptualmente las características específicas de esa corriente política, surgida en Venezuela en los años 1980-1990 y forjada, en la práctica, a lo largo de veinticinco años por Hugo Chávez.
El oficio del reporterismo gráfico, cumple la hermosa misión de informar y comunicar, a través del arte de la luz impresa, que es la fotografía.
Sin embargo, ha sido el más subestimado y, en consecuencia, menos valorado de la profesión periodística; aun cuando sus ejecutantes son quienes registran y guardan para la posteridad, la memoria de la gente, de la cultura de los pueblos, y de los hechos y acontecimientos más importantes y trascendentales de la naturaleza, las sociedades y de la humanidad.
Razones fundamentalmente económicas y reivindicativas, de reconocimiento y valoración, fueron, entre otras, las que motivaron a un grupo de fotógrafos inscritos en la Asociación Venezolana de Periodistas (AVP), -antecedente del Colegio Nacional de Periodistas (CNP)- a crear una organización con identidad propia, y dentro de ese mismo seno, parió al Círculo de Reporteros Gráficos de Venezuela, CRGV, organización gremial que hoy agrupa a decenas de profesionales del fotoperiodismo en todo el país.
Es por ello que el CENAF, felicita y celebra con orgullo, la importancia y la constancia del CRGV, institución que el pasado 6 de mayo, arribó a los 80 años de fundada.
En esta edición, Revelado, registra lo que ha sido el arduo y fructífero trabajo, creativo y periodístico, realizado en 8 décadas por cientos de colegas, ausentes y presentes, que marcaron y siguen marcando hitos en la historia del reporterismo gráfico venezolano.
En el marco de esta apretada reflexión, Revelado resalta la trayectoria de Tom Grillo, en honor a sus 50 años de actividad dentro del reporterismo gráfico. Asimismo destaca varios artículos referidos a la fotografía: “El Fotógrafo y la Inteligencia Artificial”, tema de la columna de Orlando Baquero; la Técnica Gimp y el uso del Software Libre en la restauración fotográfica y el fotomontaje, por el tallerista Guillermo Pulido; y la Narrativa Fotográfica o Conceptual, por Enio Meleán, entre otros temas de interés fotográfico.
“Zaragoza” Compositor: Tradicional del Estado Lara Arreglo: Tradicional del Estado Lara Género: Tradicional del Estado Lara
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Homenaje a Lara
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En la conmemoración de los 200 años de la Batalla del Lago de Maracaibo, el historiador Juan Romero ofreció al Canal Cultura Venezuela una amplia entrevista sobre esta decisiva victoria que se desarrolló el 24 de julio de 1823.
«Para hablar de la Batalla del Lago de Maracaibo hay que entender la dinámica del proceso que culminó con la disolución del vínculo con Colombia. Venezuela estaba conformada por 10 provincias cuya denominación fue Capitanía General de Venezuela y era una entidad muy compleja. La propuesta de las 7 estrellas de la Bandera Nacional se debió a las siete provincias que se pronunciaron el 19 de Abril de 1811, mientras las otras tres provincias se mantienen leales al Rey: Falcón, Maracaibo y Guayana» explicó.
El insigne historiador aseveró que esta reyerta naval generó un cambio estratégico histórico de importante connotación para la Independencia.
Canal Cultura Venezuela te invita a conocer el análisis histórico de este particular episodio de la historia venezolana y latinoamericana.